Psicóloga en Sevilla para Trastorno por Trauma: Cómo Sanar desde la Raíz el TEPT.

¿Qué es el Trastorno por Trauma o Trastorno de Estrés Postraumático?

Cuáles son  sus causas.

El Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) es una respuesta profunda del cuerpo y la mente ante experiencias que marcan. No se trata solo de haber vivido algo difícil, sino de lo que esa vivencia deja: un eco persistente que vuelve en recuerdos, sensaciones físicas o emociones desbordantes.

Conozco el caso de una mujer que, tras un accidente de tráfico, no podía volver a conducir sin sentir que su corazón se aceleraba como si estuviera allí otra vez. Eso es el TEPT: una especie de reactivación emocional que no respeta el paso del tiempo. No todos los que viven un trauma desarrollan TEPT, pero cuando los síntomas persisten durante meses y afectan la vida cotidiana, es hora de prestarle atención.

Causas comunes del TEPT: Desde traumas bélicos hasta desastres naturales.

El TEPT no discrimina. Puede surgir después de un combate militar, un abuso, un accidente grave, o incluso tras presenciar algo impactante sin haber sido la víctima directa. No importa tanto “lo que pasó” como “cómo lo viviste”. Esa sensación de pérdida de control, de miedo extremo o de impotencia es lo que deja huella.

Un joven contaba que, tras un terremoto, no podía dormir si la lámpara de su cuarto se movía por el viento. “Mi cuerpo reacciona antes que yo”, decía. Y eso es muy común: el cuerpo recuerda incluso cuando uno ya no quiere hacerlo. Por eso es tan importante reconocer esas señales a tiempo.

Reconociendo los síntomas del TEPT: ¿Cómo saber si lo padeces?

Los síntomas del TEPT pueden parecer desconectados al principio: insomnio, sobresaltos, ansiedad, sensación de desconexión. Pero hay un patrón. Muchas personas reviven el trauma como si estuviera pasando de nuevo. Esas “escenas retrospectivas” pueden desencadenarse con un sonido, un olor o una frase.

Un veterano de guerra me decía que no podía ver fuegos artificiales sin sentir que estaba otra vez en combate. Ese tipo de reacciones no son exageraciones: son respuestas del sistema nervioso que quedó “en alerta”. Identificar estos síntomas es clave para buscar ayuda antes de que se cronifiquen.

Tratamiento del TEPT: Estrategias y beneficios del tratamiento eficaz

Buscar tratamiento puede ser un cambio de vida. Nadie debería vivir atrapado por el pasado. Con la ayuda adecuada, muchas personas han logrado disminuir sus síntomas e incluso superar el trastorno por completo. Hay esperanza, incluso si el trauma ocurrió hace años.

Un paciente me dijo: “Pensé que esto era para siempre, hasta que empecé terapia y me di cuenta de que no tenía que revivirlo cada día”. La terapia no borra lo que ocurrió, pero sí cambia la manera en que lo cargás. Eso, en sí mismo, ya es una forma de sanar.

Terapia Cognitiva Conductual Centrada en el Trauma (TCC-T): Enfoque terapéutico avanzado

La TCC centrada en el trauma es una herramienta poderosa. A través de ella, las personas aprenden a identificar esas ideas automáticas que quedaron después del evento traumático: “no estoy a salvo”, “todo puede repetirse”, “es mi culpa”. Reestructurar esos pensamientos no es negar lo que pasó, sino darle un nuevo significado.

Recuerdo a Laura, que sobrevivió a un robo violento. Años después, seguía sintiéndose culpable por “no haber reaccionado mejor”. En terapia, poco a poco, entendió que su respuesta fue una reacción natural al miedo. Ese cambio de perspectiva la ayudó a recuperar su autoestima. No se trata de olvidar, sino de dejar de castigar(se).

Fases de la recuperación del trauma: Estabilización, memoria y reintegración

La recuperación del trauma tiene sus tiempos. Primero, hay que sentirse seguro: física y emocionalmente. Sin esa base, nada florece. Luego, poco a poco, se comienza a mirar lo que pasó, a hablarlo, a ponerle nombre. No como una herida abierta, sino como algo que se puede observar sin que duela tanto.

Finalmente llega la etapa de reintegración, ese momento donde la vida empieza a volver. Algunas personas redescubren pasatiempos que habían abandonado. Otras, simplemente, logran salir sin miedo. Es un proceso. No siempre lineal. Pero cada avance cuenta.

El impacto del trauma complejo en la vida y salud mental

Cuando el trauma es repetido —como en casos de abuso infantil o violencia prolongada— las heridas son más profundas. El trauma complejo no solo deja miedo: puede afectar la forma en que una persona se ve a sí misma, cómo confía en otros, cómo siente sus emociones.

Una paciente decía que no sabía si lo que sentía era “real” o aprendido. Había crecido con tanto dolor que le costaba imaginar una vida diferente. Con trabajo terapéutico, empezó a construir una identidad nueva, libre de ese peso constante. El trauma complejo no define quién sos, aunque a veces lo parezca.

¿Cómo manejar las emociones intensas del TEPT? Técnicas de afrontamiento

Las emociones en el TEPT no son “demasiado”. Son reacciones legítimas a algo que tu cuerpo y mente vivieron como una amenaza. Pero aprender a manejarlas puede marcar la diferencia. Técnicas de respiración, mindfulness, escribir lo que sentís o simplemente aprender a decir “necesito una pausa” son actos de cuidado personal fundamentales.

Un ejercicio que a muchos les sirve es anotar en qué parte del cuerpo sienten la emoción. “La ansiedad me sube al pecho”, decía alguien. Poder identificarla y acompañarla sin luchar contra ella es un paso enorme hacia el bienestar.

Psicoeducación en el tratamiento del TEPT: Comprensión y estrategias clave

Saber lo que te pasa cambia el juego. La psicoeducación no solo informa: empodera. Entender cómo funciona tu cerebro frente al trauma, por qué reaccionás de cierta manera o cómo reconocer un desencadenante, da una sensación de control que el trauma te había quitado.

Una paciente me dijo: “Pensé que estaba loca, hasta que entendí que era mi sistema nervioso intentando protegerme”. Saber eso le devolvió calma. Y con calma, se pudo empezar a sanar.

Evaluación del trauma: Herramientas para diagnóstico y monitoreo del TEPT.

El primer paso para tratar el TEPT es reconocerlo. Y para eso se necesitan profesionales formados y herramientas específicas. No es solo “sentirse mal”: es tener síntomas persistentes, que impactan tu vida. Las entrevistas clínicas, cuestionarios y pruebas especializadas ayudan a entender mejor cada caso.

Este diagnóstico no pone etiquetas. Al contrario, es una forma de decir: “Lo que estás viviendo tiene un nombre, y tiene solución”.

Recursos de apoyo para sobrevivientes del TEPT: Buscando ayuda especializada.

Buscar ayuda no es debilidad: es valentía. Hay líneas de atención, centros especializados, terapeutas y grupos de apoyo donde compartir lo que viviste con personas que no te juzgan. A veces, escuchar “yo también pasé por eso” es más sanador que cualquier otra cosa.

No hace falta tener todo claro para pedir ayuda. Solo hace falta dar el primer paso. Y después, dejarse acompañar.

Consejos para una recuperación exitosa: Cambiar la perspectiva sobre el TEPT.

Sanar no es volver a ser “como antes”. Es crear una nueva versión de vos, con todo lo que aprendiste. Tener TEPT no te hace débil, te hace humano. Cambiar la forma en que ves tu historia —de víctima a sobreviviente— es un giro poderoso.

Cuídate, pon límites, busca momentos de calma, y sobre todo: no te apures. La recuperación es un camino. Y estás caminando.